MARINA: UNA INFANCIA ARREBATADA


Catherine, la mujer que lucha para que cada niña tenga la oportunidad de alcanzar en la vida todo lo que se proponga
África, es un continente en el que vivir no es nada fácil. Estamos acostumbrados a ver hablar de la pobreza, las enfermedades, los desastres naturales… Pero, ¿acaso es común que oigamos hablar de la desigualdad de género, el maltrato y el machismo que hay en esta parte del planeta?
133 millones de niñas y mujeres que viven en la actualidad se han visto sometidas a la mutilación genital femenina en los 29 países de África y Oriente Medio donde la práctica es más habitual. 
Con tan solo 13 años, a Catherine ya le habían organizado sus padres una boda con un hombre de 32 años mayor que ella. Antes de sus trece años, esta mujer ya había sido violada por un familiar varias veces. 
La familia de esta joven no era una gran poseedora de riquezas. 7 días antes de la boda, Catherine fue encerrada en una cabaña no muy lejos del pueblo en el que ella habitaba. Las mujeres del pueblo iban a enseñarle a limpiar, cocinar y arreglar la casa. Por la noche, estas le explicaban cómo ser una mujer fértil y cómo complacer a su nuevo marido. La noche del séptimo día el hombre con el que esta mujer se iba a casar iba a ir a la cabaña para pasar la noche con ella. Ella, llena de pánico y miedo saltó por la ventana ya que no quería pasar el resto de su vida con un hombre al que no amaba. Una semana después la encontraron en el bosque y desterraron a su madre del pueblo ya que los habitantes de este decían que Catherine no había sido bien educada. Tras esto, Catherine se convirtió en la madre de la familia por lo que tenía que cuidar de sus cuatro hermanas. Ella, ya sin miedo ninguno, dijo “mi vida era un castigo, pero prefería eso antes de casarme”. 
Ahora, esta mujer tiene 26 años y los habitantes de su pueblo la ven de otra manera. Todos la respetan y ven a la joven como un ejemplo a seguir. 
Hoy en día, Catherine lucha contra el cambio climático y el matrimonio infantil.
Vivir en África no es fácil, personas como Catherine luchan contra problemas que nublan su vida diaria. Cada día, miles de mujeres son casadas en contra de su voluntad en este continente y debemos de aportar todos nuestras ayudas para parar el maltrato tanto femenino como infantil. Nadie merece ser maltratado ni ser obligado a hacer nada en contra de su voluntad.


Marina 3ºA

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